Antes de iniciar con en el tema en sí, debemos tener
en consideración el significado de la palabra evolución la cual definimos
evolución como cambio. Las muestras del proceso evolutivo son las pruebas que
muchos científicos han reunido para demostrar que la evolución es un proceso
característico de la materia viva y de la variedad de organismos que existen en
la tierra. Las especies que han vivido en épocas remotas han dejado huellas de
su historia evolutiva. El desarrollo de la genética molecular ha manifestado
que el registro evolutivo habita en el genoma de cada organismo y que es
posible datar el momento de la diferencia de las especies a través del reloj
molecular generado por las mutaciones.
Citamos un ejemplo: La comparación
entre las secuencias del ADN de los humanos y de los chimpancés ha comprobado
la estrecha similitud entre las dos especies y han dado claridad acerca de
cuándo existió el ancestro común de ambas.
La diversidad de la vida sobre la tierra no se
soluciona en un conjunto de organismos completamente únicos, sino que los
mismos comparten una gran cantidad de similitudes morfológicas, así en el
momento en que se relacionan los órganos de los diferentes seres vivos, se
encuentran semejanzas en sus genes.
Darwin sabía que la evolución solo podía darse si
había herencia, sabemos que el no conoció la genética moderna, a lo largo del
siglo XX quedó confirmado que el código genético que buscaba se hallaba en los
cromosomas del núcleo de casi todas las células de los organismos. La clave de
la evolución radica en la variabilidad de los seres vivos. En general la idea
de que las especies cambian al pasar del tiempo da origen a nuevas especies y
comparten un antepasado común.
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